La retroalimentación del periodismo y las artes o cómo vivir el periodismo como un concierto de rock n roll

Esta semana comienza el XXII Festival de Cine Europeo en Lima http://issuu.com/ue-delper/docs/22festivaldecineeuropeo_catalogo_es y no puedo evitar recordar cuando mi editor en el primer diario que trabajé me contaba cómo programaba su tiempo y compraba sus entradas para tener la ocasión de ver estas películas únicas, de diferentes partes del mundo. Eso fue hace 7 años. Y es que desde ese entonces el consumo de arte en sus diferentes manifestaciones, música, literatura, cine... eran una ley para los periodistas que trabajábamos allí y en mi caso, algo que cultivo desde que era estudiante y desde muy pequeño y siempre ha guiado mi lado creativo, innovador e incluso profesional a la hora de hacer periodismo.


Pensando en eso recordé que hace poco, entre los muchos post que suelo enviar, encontré un video de Charly García conversando telefónicamente con Marilyn Manson http://www.youtube.com/watch?v=JpRCeQEW_io íconos de la decadencia y rebeldía que comercializa el rock n roll y que más allá de la broma me trajo a colación esta vinculación del arte como impulsor y motor para la creatividad, innovación y movimiento constante en busca de la noticia y la información a todos los comunicadores. Manson dice en una de sus declaraciones que "nunca fui fan de separar el escenario de la vida, para mí es todo lo mismo". Podríamos trasladar algo de eso al día a día del periodismo. Y no me parece nada mal inyectarle esa actitud frenética y esa emoción pues ciertamente tenemos una gran responsabilidad a cuestas, como un frontman en un concierto de rock. Seguramente no todos se atreven a ser protagonistas de un concierto o rockstars, pero ciertamente tenemos el micrófono y a la audiencia, y podemos tomarlo con esa actitud y romper esquemas cada día. Hay una dosis de locura y frenesí que en el periodismo no puede perderse. El arte en sus diferentes manifestaciones, desde las bellas artes hasta lo popular, son realmente estimulantes y es mejor integrar nuestros gustos y preferencias al quehacer diario que desdoblarnos o separarnos indefinidamente. Tal vez podamos estar perdiendo una gran cuota de creatividad al hacerlo.