El secreto de Mark Zuckerberg: ¿creador o genio?

A raíz de una conversación que tuve hoy con el consultor en Social Media, Juan Alberto Morenohttp://www.juanalbertomoreno.com/ se me ocurrió analizar un poco el caso de Mark Zuckerberg, programador y empresario estadounidense creador de Facebook, de quien por falta de tiempo no pudimos dilucidar si fue más un creador (tal como un artista que inventa de cero) o un genio (que no necesita crear, sino que realiza extraordinarias proezas en base a lo existente). Desde Bill Gates (fundador de Microsoft) a Steve Jobs (fundador de Apple), no se había visto a un genio como el de Mark amasar tanta fortuna con buena dosis de ingenio y sencillez. Pero a diferencia de Bill y Steve, Mark inventó esta red social a partir de unos prototipos muy suyos (primero casero, y luego en su universidad). Hoy su no menor habilidad para los negocios le ha permitido organizar esta compañía y sacarla adelante al punto de competir al nivel de otras grandes como pueden ser Twitter en microblogging o Google en motores de búsqueda. Se sabe que en sus tiempos, Bill y Steve fueron grandes "recicladores de ideas" y que todos los sistemas conocidos fueron mutuamente copiados entre marcas: Apple de Xerox, Microsoft de Apple, y así sucesivamente, llegando al punto de confluir tanto que no se sabía cuál fue el principio y cuál el fin, quién copió a quién, o si primero fue el huevo o la gallina -por cierto en esta conversación Juan Alberto me comentó que hace poco se difundió la primigenia estancia del huevo como efecto de la mutación de una especie previa, que dio paso luego a lo que hoy conocemos como la gallina. Con ello llegamos a la conclusión de que dependiendo del objetivo que tengamos, en el mundo de los negocios y desde el tipo de trabajo que desarrollemos, podemos llegar a ser creadores y/o genios, para lo cual consideramos una ventaja la plena conciencia de este hecho. A esto yo le sumaría la ley de la atracción, pues como consultores independientes requerimos trabajar al triple de lo normal que un asalariado promedio, para que nuestros planes y proyectos funcionen en la dirección y al ritmo que necesitamos. Esta ley de la atracción nos exige estar siempre atentos, vigilantes y veloces en estos objetivos trazados, tratando de desenvolvernos genialmente y creando oportunamente. La horizontalidad de las comunicaciones es una ventaja y a la vez un reto, pues expande tan rápidamente nuestras expectativas que podemos perdernos en el ciberespacio o pasar desapercibidos en los miles de impulsos eléctricos que hoy recibe nuestro mercado promedio. Parte mucho de la actitud desafiante, casi lúdica e ingenua de estos creadores, quienes no sólo reciclaron o crearon en condiciones aparentemente ínfimas, sino que ante todo creyeron en sus ideas, las vendieron, se divirtieron, y no tardaron en atraer lo que era una consecuencia natural de su genialidad: fortuna para alimentarla y contagiarla entre todos los seres humanos. Porque no hay genialidad si esta ocupa sólo nuestro cerebro. La genialidad se vive, se difunde, se reconoce y se perenniza en la historia. Lo dice la industria cinematográfica que no tardó mucho en llevar la historia de Zuckerberg al cine en "Red Social", que ya es un éxito de cartelera en Estados Unidos. Ahora si me preguntan qué tan importante es ser genial o trascender con la genialidad en un mundo finito como el que tenemos, donde la respuesta de la creación básica está aún sin responder, quizá la respuesta pueda encontrarse al final de un complejo laberinto en la red del creador de creadores. Por cierto esta pregunta tampoco faltó en la conversación, pero ya era hora de volver a nuestro mundo fuera de la red.